22 enero 2006

Love Story

No, no nos referimos a esa lacrimógena película con Ryan O'Neal y Ali McGraw, si no a "Brokeback Mountain", una genuina e intensa historia de amor contada con contención, sin alardes, mirando siempre por el bien de la narración, de la historia que se está contando. No es raro que se haya alzado con casi todos los premios habidos y por haber, y que el Festival de Venecia iniciara esa andadura exitosa con su galardón principal, el León de Oro. Porque, cuando empiezas a verla, hay cierta sensación de ligereza, de que no pasa nada excepcional, y, de pronto, la película te absorbe y, cuando quieres darte cuenta, has llegado a ese estupendo final en un respiro, y es entonces cuando empiezas a procesar todo lo que has visto.
No es un western que transgrede las convenciones del género, como nos la intentan vender (al fin y al cabo, ya en "Río Rojo" Montgomery Clift protagonizaba un diálogo de lo más ambiguo y divertido con otro vaquero acerca del tamaño de sus pistolas), si no una historia de amor tan grande y desgraciada como las que habitan las películas de Douglas Sirk, o "Tú y yo", sin tanta concesión melodramática, o incluso "Cumbres borrascosas". Es la historia de dos amantes que sólo son felices y están completos cuando están el uno con el otro, pero ni la sociedad, ni ellos mismos, les permiten hacerlo.
El tono, la austeridad, esa narración que no busca efectismos, esos actores tan bien conjuntados recuerdan mucho a otra película de Ang Lee, "La tormenta de hielo" que, para mí, es una de sus mejores películas, si no la mejor hasta ahora. Y de este reparto de "Brokeback Mountain", el que se agiganta sin hacer, en apariencia, nada es Heath Ledger, y sobran todas las palabras una vez que se ha visto su incarnación de Ennis. Sí, Jake Gyllenhaal también está muy bien, las dos mujeres, Michelle Williams y Anne Hathaway, rompen los estereotipos que teníamos sobre ellas (una, por venir de "Dawson crece"; la otra, por sus papeles para Disney en "Princesa por sorpresa", por ejemplo, aunque ella sea la que chirríe un poco), pero Ledger roba limpiamente toda la función; es a través de sus confesiones a Jack Twist, de sus murmullos, de su represión, de sus explosiones temperamentales contra su mujer como entendemos perfectamente lo que los dos amantes están pasando, y como llegamos a saber que los dos están abocados a no tenerse completamente nunca, a escaparse siempre el uno entre los dedos del otro.


P.D.: Sólo una curiosidad. Retomando lo que decíamos hace poco sobre "Urgencias", en esta película encontramos a Linda Cardellini, la enfermera Sam, que, por cierto, tiene el honor de figurar la primera de todo el reparto después de los dos protagonistas y el título de la película. Ahí es nada.

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